Pueblos contra gigantes

Concentración del pasado sábado 14 en la Plaza de Viriato de Zamora Viva y todas las plataformas que la constituyen.

Organizaciones de la provincia comienzan a cuestionar con fuerza las renovables sin planificación ni medida

En los últimos meses las reacciones a la invasión de proyectos de renovables en la provincia de Zamora han ido alcanzando a la mayoría de los pueblos afectados y muchas organizaciones comienzan a impugnar la situación con argumentos. Ya no son solo los ecologistas quienes alertan sobre la avalancha de plantas solares y parques eólicos, los que presentan alegaciones a los proyectos y estudios de impacto ambiental – más de treinta ha entregado Ecologistas en Acción Zamora - y se oponen a que se ocupe de manera indiscriminada el territorio al grito de ¡renovables sí pero así no!

Son también los propios habitantes de los lugares elegidos quienes manifiestan su perplejidad ante la falta de planificación de dichos proyectos y el brusco cambio de terrenos rústicos, hasta hoy dedicados a la producción agraria o ganadera, que de la noche a la mañana serán transformados en grandes polígonos industriales, especializados en la producción de energía.

En estos pueblos se han ido constituyendo asociaciones y plataformas para enfrentarse a lo que consideran una grave amenaza a su propia existencia. Afirman que, de llevarse a cabo esta industrialización del territorio, será el último golpe para una provincia como Zamora, cuyos índices de despoblación siguen bajando, y a la que las hidroeléctricas asestaron ya otro lacerante puñal cuando se construyeron embalses y presas para producir electricidad. La provincia es excedentaria en energías renovables, especialmente hidráulica y eólica, y genera cinco veces más electricidad de la que consume. Esa riqueza se va sin dejar más que el deterioro ambiental de su producción.

Otra vez se repite la historia, pero en esta ocasión son muchas las voces que se dejan oír. Lo hacen en las plazas de sus pueblos de Sayago, Toro, Tábara, La Carballeda… o en lo alto de las montañas de La Cabrera donde a ambos lados se proyectan numerosas instalaciones, o en la Sierra Segundera ya culminada por parques eólicos. Zamora Viva, la asociación que agrupa a muchas de estas plataformas, trabaja ahora en organizar la acción y defensa jurídica conjunta.

En Tierra de Tábara más de cincuenta familias argumentan que van a acabar con sus tierras donde se han hecho inversiones en regadío. En Toro, los viñedos comienzan a sucumbir bajo las máquinas para instalar plantas fotovoltaicas, mientras los bodegueros callan.

El sector agrario también comienza a tomar cartas en el asunto: organizaciones como UCCL, COAG o ASAJA ya han manifestado su disconformidad. También lo ha hecho la Cámara Agraria Provincial, que pide una normativa para que estas infraestructuras renovables se instalen solo en terrenos no aprovechables para la agricultura. Por su parte, el Defensor del Común considera que las tierras donde se han hecho inversiones públicas en regadíos y concentraciones parcelarias no pueden convertirse ahora en industriales. Y el Consejo Consultivo ha declarado nulo el acuerdo tomado por el Ayuntamiento de Bermillo de Sayago.

El papel de muchos ayuntamientos ofreciendo a estas empresas las tierras comunales es, además de cuestionado, ilegal, según voces jurídicas. Por eso ahora la batalla se dirige a los Juzgados mientras los propietarios comienzan a leerse la letra pequeña de los contratos.

Las tecnologías renovables han alcanzado ya una cuota de generación de energía cercana al 47 % del total nacional previsto y Castilla y León es la comunidad del país que más energía renovable produce. Las Administraciones públicas, como la Junta de Castilla y León, la Diputación Provincial y otras organizaciones, tienen ahora en sus manos la pregunta sobre su papel en este conflicto.

¿Tiene Zamora que seguir sacrificando su territorio y su futuro agroalimentario?

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