Glifosato, el peor herbicida para el medio ambiente y los humanos

  

Aumentan las presiones para renovar en diciembre el permiso uso en la UE

En diciembre de este 2022 la UE deberá decidir si renueva o no la autorización de uso del glifosato, estando en marcha la reevaluación que fundamentará la decisión en uno u otro sentido. Más de 40 entidades de la sociedad civil europea han expresado su temor de que esta evaluación no sea objetiva ni transparente, y que se primen los estudios aportados por la industria -muchos de los cuales son secretos- por encima de los que ha realizado la comunidad científica independiente.

Hay muchos intereses inconfesables detrás del herbicida más utilizado en la actualidad en el mantenimiento viario, en agricultura y en jardinería.

Como sabemos, está muy cuestionado por sus efectos nocivos no solo para el medio ambiente, lo cual está ampliamente demostrado, sino también para la salud humana según la OMS, como puede verse en el gráfico.

El problema mayor es la eficaz presión del lobby químico en Bruselas, consiguiendo que la UE considere dignos de plena confianza los ensayos realizados por la propia industria, mientras que la mayor parte de la investigación financiada con dinero público por las universidades y personal científico independiente es calificada como ‘no confiable’ o ‘confiable con requisitos’.

Lo cierto es que, si las autoridades reguladoras hubiesen realizado un análisis completo de todas las pruebas disponibles, hubiera sido difícil renovar en 2017 su uso por otros cinco años más.

El glifosato en nuestro país: una plaga peligrosa

El uso y abuso del glifosato se expone en el informe de Ecologistas en Acción “El glifosato: una plaga para la salud de nuestros ríos, el medio ambiente y las personas”. Este estudio demuestra su elevada presencia en nuestros ríos. En el caso del río Duero, de los 293 muestreos realizados por la Confederación Hidrográfica se detectó glifosato en 200 de ellos. Las detecciones más altas fueron en Hinojosa de Duero, Morales del Toro, Peñafiel y Medina del Campo, con valores de 90 a 340 veces superiores al valor de los límites considerados.

En nuestro país son ya muchas las administraciones públicas que han decidido dejar de utilizar el glifosato. Andalucía lo tiene prohibido en los parques naturales de Cádiz, y Galicia en los márgenes de todas las carreteras, autovías y autopistas de su competencia.

En Castilla y León la Consejería de Fomento y Medio Ambiente reconoce que utiliza glifosato simplemente porque está autorizado. Sin embargo, el Procurador del Común desaconsejó ya en 2015 su uso en la limpieza de las carreteras y animó a diputaciones y ayuntamientos a tomar decisiones en ese sentido.

Ya lo han hecho la Diputación de León y la de Ávila en el entorno del Parque Regional de la Sierra de Gredos. En el caso de Zamora, solo un puñado de municipios han sabido dar el paso.

Hacia su necesaria prohibición en diciembre

En la batalla europea contra el glifosato, Austria se convirtió en el primer país de la UE en prohibirlo en julio de 2019 (espacios públicos y jardines privados). Le han seguido Luxemburgo y Alemania (finales de 2023).

Todas las esperanzas están ahora en la prohibición generalizada en toda la UE para diciembre de 2022. No será fácil sortear las presiones del lobby químico sobre la propia UE y los Estados miembros.


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