En los días de Navidad 2017-18 tomó fuerza el movimiento vecinal contra las “macrogranjas” de Pozuelo de Tábara (4600 cebones) y la de Faramontanos (12.000 cerditas de reposición), que se organizó en la Asociación Pueblos Unidos.
Enseguida nos dimos cuenta de que el problema no era solo nuestro, ya que en otras comarcas zamoranas pretendían lo mismo: Cerecinos, Santovenia, Carbajales de Alba, Pozoantiguo...Por ello nos unimos para coordinar fuerzas y así nació Pueblos Vivos Zamora. Y como el problema no solo está en Zamora sino que ha crecido en toda Castilla y León, lo mismo que a nivel nacional, en la actualidad estamos alerta y presentes en los diferentes círculos de actuación: a nivel comarcal, provincial, regional y estatal, formando parte de la Coordinadora estatal STOP GANADERíA INDUSTRIAL.
En la provincia de Zamora hemos sido testigos de cómo la Junta daba autorizaciones ambientales y los ayuntamientos licencias de obra, con la disculpa de que cumplían la legalidad. Y con esta legalidad se siguen contaminando por nitratos masas de agua subterráneas porque la gestión de purines no se controla en absoluto. Es más: debido a las cantidades industriales que se producen, es imposible gestionarlos adecuadamente.
El crecimiento desmesurado de este modelo de producción industrial debe parar. El 90% de la producción de carne porcina es industrial, intensiva, estén los animales en explotaciones de 1999, de 5000 o 7000 animales, es el modelo de producción el que debe parar y transitar hacia modelos productivos arraigados en el territorio y respetuosos con sus recursos y su población.
La economía de la avaricia es la que dirige este modelo productivo que no asume los costes medioambientales y prolifera sobre todo en zonas que no presentan resistencia. Ahí tenemos la flamante macrogranja de San Cebrián de Castro con más de 3000 cerdas reproductoras que ya tiene varias explotaciones alrededor. La misma empresa foránea construye otra aún mayor en Santovenia del Esla, que nutrirá de cerdos a otras como la de Faramontanos y las que vayan apareciendo. Cada madre produce entre 23 y 30 lechoncitos al año. La proliferación de estas fábricas de carne, está servida. Carne para exportación sobre todo.
Llevamos años pidiendo una moratoria de licencias a este modelo, al que el término macrogranjas define con claridad, pero también da pie a discusiones inútiles. Desde el sector porcino se ha dicho que las macrogranjas no existen, y con ello se acaba el debate.
Gracias a las declaraciones del Ministro de Consumo, se ha puesto el tema sobre la mesa y se inicia un debate tan necesario como polémico por los intereses que toca. El lobby cárnico se encarga de que circule la desinformación. Pero ahí estamos desde las distintas organizaciones pidiendo con datos que se ponga fin al crecimiento de este sector y se busquen alternativas buenas para todos y para el medio ambiente.
Queremos pueblos vivos, que con sus recursos naturales posibiliten la vida rural. Cuando nos quitan un recurso tan vital como el agua limpia, los pueblos quedan heridos de muerte.
Por ello, “ ni en tu pueblo ni en el mio”. Que por fin se conceda una moratoria de licencias a nuevas macrogranjas y ampliaciones de las ya existentes.
Plataforma provincial Pueblos Vivos de Zamora
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