El hacinamiento de estas instalaciones y el tratamiento preventivo con antibióticos,
además del sufrimiento animal que provoca, pone en riesgo la salud humana y la de los territorios donde se ubican.
Fuente de la imagen: Igualdad Animal
Personas, animales y medio ambiente están interconectados
Sabemos que la salud de las personas depende esencialmente de la alimentación y estilo de vida, pero también del estado medioambiental y ecosocial. Hay una premisa que desde algunos sectores de la Ciencia se echa en falta a la hora de luchar contra el Covid 19, y es la perspectiva de “One Health”, Una Sola Salud. Desde esta perspectiva, la salud de las personas, la de los animales y del medio ambiente están interconectadas.
Según la Organización Mundial de Salud Animal el 75% de enfermedades infecciosas emergentes del ser humano son de origen animal: “La ilusión de la tierra y sus seres como materia prima para ser explotada con fines de lucro está creando un mundo conectado a través de la enfermedad, en vez de conectarnos a través de la biodiversidad dentro y fuera de nosotros” en palabras de Vandana Shiva, la conocida física, filósofa de la ciencia y ecofeminista.
La biodiversidad sirve de barrera de protección para que ninguna especie se vuelva dominante y haya equilibrio. Cuando se deteriora la naturaleza y se eliminan especies vegetales y animales, se incrementa el riesgo de que determinadas especies aumenten sus cargas víricas. La reducción de la variedad genética en animales de granja seleccionados y hacinados, que son casi clones, crea el caldo de cultivo para que estos animales sean vulnerables a los virus y evolucionen en ellos nuevos patógenos. Por otro lado, la riqueza de especies aumenta la diversidad genética, permitiendo que la carga vírica de los contagios entre especies descienda, tal como explica Fernando Valladares, ecólogo investigador del CSIF.
Para Valladares la importancia de incluir otras miradas dentro del Comité de Científicos que estudian esta crisis, tiene que ver con incorporar otra perspectiva de actuación que vaya más allá de la labor de contención que realizan los sanitarios. Es necesario un estudio del problema que garantice tomar decisiones para que la frecuencia de las pandemias y su peligrosidad disminuyan.
La cría industrial y los virus infecciosos
Rob Wallace, autor del libro reseñado en este SOS, investiga desde hace más de 25 años, las formas en que la agroganadería y la economía influyen en la evolución y propagación de patógenos: “Cualquiera que pretenda comprender por qué los virus se están volviendo más peligrosos debe investigar el modelo industrial de la agricultura y, más específicamente, la producción ganadera.” Según Wallace, casi todos los virus infecciosos de las últimas décadas están muy relacionados con la cría industrial de animales para el consumo humano. Lo que una vez fueron brotes locales, son ahora pandemias que se abren paso por las redes mundiales de viajes y comercio. No importa tanto donde comenzó el brote, lo que necesitamos es incidir en los procesos por los cuales los organismos vivos se convierten en mercancías y convierten cadenas de producción completas en vectores de enfermedades.
Emilia Román. Pueblos Vivos.
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