Una exposición para salir del confinamiento más peligroso, el mental

 


Lo primero que busca la publicidad es atrapar nuestra atención, aunque sea solo unos brevísimos segundos. Sin ellos no puede inyectarnos la toxina consumista. Para ello tiene que ser ante todo provocadora, divertida, seductora. Conseguir esto en el mundo de la hiperinformación es todo un reto que supera a base de invertir mucho dinero en ingenio, creatividad y arte. Todos tenemos un precio, los mejores creadores también. 

Pues bien, la CONTRAPUBLICIDAD es una crítica de la publicidad, de sus mecanismos de seducción, y del resultado catastrófico en forma de sociedad de hiperconsumo. Para hacerlo utiliza las mismas técnicas publicitarias alterando sus mensajes o dándoles la vuelta por completo. Y, lo mismo que la publicidad, tiene que conseguir llamarnos la atención con mensajes cortos, contundentes e ingeniosos que sean capaces de sacar a la luz las contradicciones del ejercicio de escamoteo, falsificación o seducción impostada de la publicidad.

En la contrapublicidad se mezclan el graffiti, el arte moderno, el bricolaje punky y el espíritu bromista. Ponga el lector en su buscador palabras como “contrapublicidad”, “anti advertising”, “antipub” o “culture jamming” y se encontrará con cientos de divertidos ejercicios de rebelde creatividad. Entre todos destaca la obra pionera del colectivo Adbusters, la española “Consume Hasta Morir”, o la argentina Squaters.

Con la ayuda de Internet, las redes sociales y la facilidad de manipular digitalmente imágenes, hoy es posible realizar contrapublicidad de forma sencilla y rápida. Solo se trata de un poco de creatividad y sobre todo mucho espíritu crítico. Además, la irrupción de las redes sociales, donde la publicidad deja un resquicio para que los ciudadanos rompan su monólogo dictador, permite a los ciudadanos realizar contrapublicidad inmediata de forma muy sencilla.

La clave del enorme valor educativo y ciudadano de la contrapublicidad está en su cuestionamiento de los valores imperantes y en la capacidad para desarmar el falso “sentido común” impuesto por el capitalismo consumista que caracteriza nuestro tiempo. 

La exposición de la Alhóndiga la forman 27 paneles que recogen de forma ordenada una variada muestra de la contrapublicidad realizada por el grupo “Consume hasta morir” y otros colectivos y personas, incluyendo ejercicios de alumnos en las actividades formativas desarrolladas en centros de secundaria de Salamanca y Zamora. 

Durante las tres semanas que dura la exposición, además de la conferencia presencial que se anuncia en el cartel, habrá dos charlas online vía Zoom en horario lectivo. También se podrán acordar sesiones específicas para centros concretos.

Después de la Alhóndiga la exposición estará a disposición de todos los centros de secundaria de la provincia por períodos de dos semanas, pudiéndose realizar actividades paralelas online con los alumnos.

Toda la información, contacto y reservas: expocontrapublicidad.blogspot.com

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