LOS CAMBIOS QUE VIENEN EN MATERIA DE RESIDUOS Y RECICLADO

 ¿Tendremos por fin una ley a la altura de lo que necesita el planeta?

En junio pasado el MITECO -Ministerio para la Transición Ecológica-  presentó el  Anteproyecto de Ley de Residuos. 


El texto recoge por primera vez en la legislación española limitaciones a los plásticos de un solo uso, incluyendo restricciones a su introducción en el mercado y obligaciones de información al consumidor.

Apuesta por la reutilización y reciclado de residuos municipales y también por la recogida separada de botellas de plástico a partir de 2025.


Y, por último, prioriza las opciones de gestión de residuos para que la eliminación en vertedero sea la última opción, obligando a las administraciones a adoptar instrumentos económicos y otras medidas incentivadoras.


Pero no nos engañemos: la que será la quinta ley española de residuos responde a la obligada transposición de una directiva europea de nada menos que 2008, cuyo plazo terminó allá por 2010.

Pero bien, sea bienvenida. Parece que España ha empezado por fin a avanzar a nivel normativo en el camino hacia el residuo cero y la economía circular real. 


Aún así, parece que dados los enormes retos que tenemos por delante, se echa en falta más ambición. Ecologistas en Acción y la Alianza Residuos Cero, de la que forma parte, valora que, si de verdad se busca una transformación del modelo productivo que elimine todos los daños medioambientales y posibilite la creación de riqueza y de empleo de manera sostenible, no valdrán políticas de medias tintas ni objetivos que se queden a medio camino. Por eso el foco debe estar en el ciclo de vida completo de los productos, de un modo que permita preservar los recursos y cerrar el círculo. Para ello se hacen necesarias 6 líneas estratégicas:


  1. Facilitar el derecho y el acceso a consumir productos que no necesitan envases (embalajes, cápsulas, etc.), y que acaban convirtiéndose en residuos que ni se reutilizan, ni se reciclan, ni se compostan.

  2. Asegurar una oferta amplia de productos y elementos reutilizables y libre de tóxicos, como las botellas de bebidas o los envases de alimentación de vidrio rellenables.

  3. Ofrecer la seguridad de poder comprar productos que duren en el tiempo y que se puedan reparar fácilmente, así como prohibir productos que no sean reutilizables, reciclables o reparables, haciendo hincapié en la destructora obsolescencia programada.

  4. Abrir la discusión sobre residuos que han quedado olvidados (muebles, colchones o plásticos para uso agrícola, por ejemplo) o postergados en el tiempo (residuos textiles).

  5. Habilitar de manera inmediata un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (ver artículo de la página siguiente) 

  6. Implantar la recogida separada de la materia orgánica de manera inminente asociándose a un programa educativo que despliegue la potencialidad del compostaje descentralizado.


Toda la ciudadanía preocupada por este tema trascendental deberemos seguir con atención los siguientes pasos para que la tramitación parlamentaria del proyecto incorpore alguna de estas líneas estratégicas que nos ayuden a recuperar el tiempo perdido.



Información elaborada a partir de estos docs:



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