El proyecto minero de Calabor amenaza la biodiversidad y el turismo en plena Reserva de la Biosfera

Recreación del paisaje resultante según los datos disponibles y a partir de una foto tomada en la zona, 
en la que se ha “insertado” la mina proporcionalmente a sus futuras dimensiones. 
Aunque el total de la explotación ocupará 250 Ha, en esta imagen ocupa 120 Ha aproximadamente.

Con la aprobación por parte de la Junta de Castilla y León de la modificación de la normativa urbanística de Pedralba de la Pradería (Sanabria) para permitir la explotación de recursos mineros, la empresa canadiense Almonty ve cómo poco a poco se va allanando el terreno para conseguir los permisos necesarios para su explotación minera a cielo abierto, a 2 Km de Calabor y 5 Km de la Raya con Portugal.

El proyecto minero de Valtreixal se sitúa en pleno espacio natural protegido “Sierra de la Culebra”, incluido en la Red Natura 2000, y ocupa 250 hectáreas en las que estarán la propia mina a cielo abierto, una enorme escombrera que se situará en el lecho del regato del Cuballón, afluente del río Calabor, balsas de almacenamiento de aguas, depósito provisional de residuos sulfurosos peligrosos, polvorines, zona de almacenamiento de hidrocarburos, subestación eléctrica, oficinas, laboratorio, taller y almacenes. 

Valtreixal choca de lleno con el espíritu conservacionista de la Red Natura 2000 y también con cualquier proyecto de turismo natural como el ya existente en la zona con la inminente inauguración del Balneario de Calabor. Iniciativa, esta última, que supondrá la creación de empleo estable y que puede verse afectada negativamente por la explotación minera.

Otro posible recurso turístico que se verá seriamente amenazado tiene que ver con el Patrimonio Cultural, en concreto con la posibilidad de puesta en valor del yacimiento arqueológico denominado “Minas de Santa Bárbara” donde se sitúa la labor minera de mayor antigüedad (1909) constituida por una galería y la “Casa de la mina” actualmente en ruinas.

Frenar la despoblación es un objetivo que ha entrado a formar parte de la agenda de todos los partidos políticos. Sin embargo, las soluciones que se apuntan parecen ir todas en la misma dirección: macroproyectos de energías renovables (eólica y solar) y de explotación de recursos mineros, todos ellos con un enorme impacto en el territorio: destrucción de hábitats que pone en peligro la biodiversidad y destrucción del paisaje, valor patrimonial al que no se da importancia hasta que se pierde,...

Ayuntamientos de las comarcas zamoranas que forman parte de esa España vaciada (La Carballeda-Sanabria, Aliste o Sayago) reciben con los brazos abiertos este tipo de proyectos con la promesa de creación de puestos de trabajo (que luego suelen ser muchos menos de los prometidos, además de temporales y no siempre para la población local, ya que exigen una formación específica) y beneficios económicos para las arcas municipales (migajas comparado con los beneficios que suelen obtener los promotores). Son proyectos cortoplacistas que ignoran cualquier otro planteamiento en la gestión del territorio acorde con un desarrollo sostenible que permita fijar población mediante la creación de empleo estable, respetando el medio ambiente, promoviendo un turismo sostenible respetuoso con la naturaleza, y ofreciendo servicios públicos dignos (cobertura de telefonía móvil, internet de alta velocidad, asistencia sanitaria y transporte públicos).

Exigimos a la Administración que eche el freno a esta explotación industrial de los recursos naturales y defienda ese patrimonio natural y cultural que abunda en una de las zonas de mayor despoblación de España. 

Cristina Zelich
Ecologistas en Acción Zamora 

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