Es posible veranear muy bien sin aviones

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Como se ha visto durante los pasados meses, la aviación y el modelo de hipermovilidad promovido por la industria han sido una de las principales causas de la rapidez y globalidad en la transmisión de la pandemia de la COVID-19. 

Los Gobiernos lo saben bien, y de ahí los controles y suspensión de vuelos por todo el mundo.

También lo sabe buena parte importante de la ciudadanía, que está apostando por otras formas de viaje y descanso más cercano. Por eso es un buen momento para replantearnos el insostenible exceso en el uso de la aviación, el medio de transporte más contaminante e insostenible de todos.

Según datos de la Organización Mundial del Turismo, en 2018 más de la mitad de todos los vuelos internacionales estaban relacionados con el turismo, El binomio turismo y aviación supone nada menos que el 8 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial, de los que la aviación es la mayor fuente. 

En medio de este escenario, cada vez más ciudadanos preocupados por el cambio climático y la destrucción de los ecosistemas apuestan por suprimir el avión en sus desplazamientos. En la Suecia de Greta Thunberg lo llaman flygskam, la “vergüenza a volar”, un movimiento que se ha ido extendiendo por todo el mundo de diversas maneras, y que está consiguiendo que algo tan alucinante como ir de fin de semana a Nueva York deje de ser glamuroso. 

En España Ecologistas en Acción ha lanzado la campaña #VeranoSinAviones como parte de la campaña internacional “Quédate en tierra”. Su objetivo es ofrecer alternativas de movilidad y turismo sostenibles y seguras en un contexto de emergencia climática y de riesgo de rebrotes de la pandemia de coronavirus. Se apuesta por un turismo de proximidad para descubrir, a través de medios sostenibles como el tren o la bicicleta, rincones inexplorados y sorprendentes. Con ello se contribuye además al desarrollo económico de territorios por los que el avión solo deja enormes estelas que ensucian los cielos diáfanos. En Zamora las conocemos bien.
La página ecopassenger.org nos ayuda a perder la inocencia mostrándonos el consumo de energía, emisiones o impacto ambiental de los viajes en avión, coche y tren dentro de Europa. 
La imagen es la de un viaje de Zamora a Barcelona. Haz tú mism@ el cálculo de un viaje propio.

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