9.2 Una experiencia de producción ecológica con red de consumidores fieles

Los pollos de la granja correteando por lo que es, esta vez de verdad, una granja.

El Espolón, en Venialbo, es un proyecto de desarrollo rural basado en la producción ecológica a pequeña escala de carne de pollo, pistachos y garbanzos.

Su modelo de producción cierra todo el ciclo de la cadena alimentaria: produce en la granja, transforma en su obrador y vende sus propios productos directamente al consumidor en mercados de proximidad, hostelería y pequeñas tiendas especializadas.

A pesar del valor que tienen estas unidades agroganaderas para el desarrollo y la sostenibilidad de zonas con características como las que definen a la provincia de Zamora, siempre han estado maltratadas por la Administración ( local, regional y estatal); nunca se tiene en cuenta sus singularidades, no se prioriza la compra pública de productos locales para abastecer comedores sociales, residencias…etc, y no hay servicios mancomunados para impulsarlas, como pueden ser pequeños mataderos multiespecie, conserveras y centros de envasado.


¿Qué impacto económico y social tendría sobre Zamora una legislación específica para la autorización del sacrificio en granja o que cualquier hortelano pudiera elaborar y vender conservas con sus frutas y verduras? Habría reparto de riqueza, se terminaría con las granjas clandestinas, cualquier persona podría vender de forma salubre sus animales, huevos etc, y aumentaría la oportunidad de acceder a la tierra sin tener que endeudarse e incluso se potenciaría el turismo gastronómico… No es una utopía: en otras comunidades como Galicia o País Vasco ya hace tiempo que se han implantado.


La Administración canceló los mercados locales y mantuvo las grandes superficies

En el momento en que se declaró la alerta sanitaria la administración canceló todos los mercados de productos locales y ecológicos en todo el país permitiendo a la vez abrir a las grandes superficies provocando un “agravio comparativo” que ha ocasionado la ruina de muchas familias que viven en los pueblos y la ganancia de millones de euros en grandes cadenas de distribución alimentaria. Llama la atención que los telediarios y el resto de medios machacaban con la misma noticia y las mismas imágenes de grandísimas colas en supermercados y lineales vacíos, sin embargo nadie informaba que se podía seguir comprando con total normalidad en tiendas especializadas, mercados de abastos e incluso directamente a los productores. Estamos comprobando cómo el sector primario, productor de alimentos básicos para la población, no está siendo considerado como debería en la situación de crisis actual, especialmente la producción a pequeña escala .

Pero no todo está perdido, el trabajo de muchos años tanto productivo en granja como en canales cortos de comercialización, unido a los movimientos sociales defensores de la “Soberanía Alimentaria” ha dotado a los pequeños productores de una red de consumidores fieles que valoran muchísimo la calidad de sus alimentos, la forma sostenible de obtenerlos y su procedencia local ayudándoles a salir adelante.

Alicia García. El Espolón


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