DE TODO MENOS, MUCHÍSIMO MENOS. Formas asumibles de echar el freno al hiperconsumo navideño.


La visita a los museos de Zamora es una buena opción en estos días de ruidoso consumo.  
Fíbula celtibérica del tesoro de Arrabalde. Museo de Zamora. Fotografía de Ángel M. Felicísimo. 

Después del Black Friday, el hiperconsumismo navideño. Hasta las luces no parecen otra cosa que las incubadoras del consumo, invitando al compre-compre infinito y depredador. 

El hiperconsumismo de nuestras sociedades es, no solo para el ecologismo, sino para cualquier ciudadano consciente de lo que nos pasa, un paso más en el camino suicida hacia el desastre climático y medioambiental.

¿Qué podemos hacer de forma asumible, sin pasarnos de frenada?

Podemos resumirlo con un par de ideas:
  • De todo lo que sean mercancías, servicios y energía: Menos, Muchísimo Menos. 
  • Del resto, de todo lo que no es consumo: Muchísimo Más. Por ejemplo: tiempo. Tiempo para el encuentro, para los paseos por la naturaleza, para los juegos de mesa, para la lectura reposada, para ver buen cine o teatro, para la música, los besos y abrazos, para el sexo...
¿Pero, y los regalos?. 
  • Los regalos cumplen una función muy importante, pues establece fuertes relaciones de correspondencia, hospitalidad, protección y asistencia mutuas. El problema que tenemos es que la sociedad de consumo ha reducido el valor del regalo a su cuantificación por el mercado: cuanto más caro sea, mejor regalo, independientemente de lo que le guste o necesite quien lo recibe. Una visita con un pequeño “detalle” de escaso precio, por ejemplo, puede tener un inmenso valor para el que la recibe. 
  • Si se trata de un regalo material en esta sociedad del espectáculo y la distracción, que sea algo que ayude a crecer, a pensar, soñar, emocionarnos: un libro, por ejemplo. ¿Y por qué no uno sobre el cambio climático, que nos ayude a distanciarnos de la orgía zombi del consumismo navideño?
  • Otro magnífico “regalo” previo a la orgía, para nosotros mismos y para nuestros parientes y amigos es mirarnos nuestra enorme Huella Ecológica. Hay muchas páginas y aplicaciones donde te la puedes mirar de la forma más sencilla. A nosotros nos parece la más completa la de footprintcalculator.org. No dejes de hacerlo.
  • Con los resultados en la mano, comprenderemos que la mejor propuesta es la “De Todo Menos, Muchísimo Menos”. 
  • Comidas: evitar lo exótico, lo lejano e insostenible. 
  • Juguetes: propiciar el intercambio y la donación. Evitar en lo posible la tecnología.
  • Tecnología: evitar caer en la trampa de la obsolescencia programada. 
  • Envoltorios: solo los reutilizables.
  • Adornos navideños. Un abeto artificial utilizado 15 o 20 años es mejor que torturar una planta.
  • Viajes: Se puede “desconectar” lo mismo a 150 km que a 15.000. Tenemos que recuperar el viaje lento y los destinos de proximidad. Nos sobran lugares.


¡Feliz Navidad no consumista! 

Nos volveremos a ver aquí, en esta página, cuando llegue la resaca de los excesos.

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